App médica creada por estudiantes de Bioingeniería fue premiada en la JIJE 2024

Un grupo de estudiantes avanzados de la Facultad fueron premiados en la Jornada Internacional de Jóvenes Emprendedores (JIJE 2024), organizada por la Universidad Nacional del Litoral (UNL). El reconocimiento fue por el proyecto StandApp, una aplicación médica que utiliza visión computacional y algoritmos de inteligencia artificial para brindar datos objetivos y precisos en diagnósticos kinesiológicos.

Se trata de Joaquín Aguirre, Daiana Piccard y Lucio Sepúlveda, quienes obtuvieron un contrato de preincubación con el Parque Tecnológico Litoral Centro (PTLC) de Santa Fe como parte de la distinción en la categoría Modelos de Negocios.

El objetivo de la aplicación es brindarle al profesional de la salud datos cuantificables y repetibles sobre la movilidad de los miembros inferiores, en particular durante la ejecución del test Sit to Stand. “Es difícil ver el ángulo de la rodilla a simple vista, o poder calcular la potencia muscular en el cuádriceps, por más experiencia que tengas. La idea es que el profesional pueda tomar decisiones basadas no sólo en su expertise, utilizando los datos que la aplicación brinda,” explicó Sepúlveda.

StandApp es la primera aplicación de este tipo en Argentina. Desarrollada en principio para dispositivos Android, actualmente se encuentra en fase beta. El contrato de preincubación con el PTLC permitirá terminar de definir el plan de negocios, incluyendo la forma en que se ofrecerá la descarga de la app. Si bien el equipo no piensa en la posibilidad de obtener una patente, algo que es inusual en lo que respecta a software, entre sus planes futuros se encuentra poder constituir una pequeña empresa.

La idea de este proyecto surgió de la Cátedra de Robótica de la FIUNER y posteriormente fue consolidada a partir de las prácticas profesionales supervisadas (PPS) de los estudiantes en un proyecto de investigación. En ese sentido, el equipo agradeció a quienes los han acompañado durante este trayecto, entre ellos a la gente del CIEV (Centro de Innovación, Emprendimiento y Vinculación) y del Grupo de Robótica del Centro de Ingeniería en Rehabilitación e Investigaciones Neuromusculares y Sensoriales (CIRINS). “Fueron una gran guía a lo largo del camino, porque tienen muchísima experiencia en estos temas. Nosotros hemos ido aprendiendo con el tiempo, pero ellos fueron nuestra referencia,” mencionó Aguirre.

Los estudiantes se encuentran en el último tramo de la carrera de Bioingeniería. Mientras que Piccard y Sepúlveda ya se encuentran trabajando en su tesis de grado, Aguirre está considerando presentar su proyecto siguiendo la línea desarrollada con StandApp: “Quizás sea una validación de una fórmula de potencia de cuádriceps que se pueda utilizar en la aplicación.”

– ¿Cómo surge el proyecto del que nace StandApp?

Joaquín: El inicio fue una adscripción en la cátedra de Robótica, donde empezamos a pensar en este concepto a partir de una charla que dieron en la Facultad sobre herramientas de Google. Una de esas herramientas era una IA que detecta las partes del cuerpo. A partir de ahí, empezamos a trabajar con la colaboración de un kinesiólogo en el Grupo de Robótica del CIRINS. Después conformamos el equipo y le dimos más forma al proyecto. Uno de los hitos más importantes que tenemos en vinculación con la Facultad también fue nuestra participación en una investigación que se está haciendo en el Hospital de la Baxada por becarios doctorales, como parte de nuestras PPS.

Lucio: Es un estudio clínico sobre la eficiencia del tratamiento de PRP (plasma rico en plaquetas) para la artrosis de rodilla. Para evaluar qué tan bien funciona, se está usando el test Sit to Stand, que es lo que nosotros procesamos con StandApp.

J: Al poco tiempo, surge la oportunidad de obtener datos para comparar en los tratamientos, y de ahí nace esa vinculación con nuestro proyecto. Al ser una start-up, el proceso es no lineal, a diferencia de un proyecto de investigación. También fuimos mentoreados por el CIEV y nos presentamos a otros concursos. Todas estas experiencias han ido dejando sus huellas.

– ¿Cómo es pensar el trabajo en una start-up, a diferencia de un proyecto de investigación?

J: En una investigación tenés lineamientos, plazos. En este caso, el plan de trabajo es propio; las fechas y metas dependen de nuestra organización. Siempre destaco que empezó como un proyecto de adscripción mío, mentoreado por Leandro Mayrata, pero creció cuando nos conformamos como equipo con Lucio y Daiana para el proyecto final de una materia. Teniendo un equipo, esas etapas sin avanzar son muchas menos, nos volvimos mucho más eficientes trabajando. Ahora, con la preincubación en el PTLC, tenemos que hacer un plan de trabajo, organizarnos bien y ponernos metas claras, por eso es una oportunidad que valoramos mucho.

– ¿Cómo funciona la app? ¿A qué se refieren cuando dicen que utiliza “visión computacional”?

J: StandApp es la versión aplicación, que usa la cámara del teléfono celular. También tenemos una versión de escritorio que usamos para el desarrollo y la hemos pensado como accesoria al uso del celular. Visión computacional se refiere a interpretar lo que ve una cámara y procesarlo. En este caso, con un video grabado por una cámara de celular, nuestro procesamiento es detectar los ángulos y las posiciones precisas de las partes del cuerpo.

– ¿Para quién está destinada la app: para el kinesiólogo, para el paciente, o es un uso dual?

L: En principio estuvo destinada a que las personas en general puedan descargarla, pero cuando conformamos el equipo empezamos a ver la potencialidad de la aplicación. Decidimos que nos parecía mejor que esté destinada al profesional de la salud, que pueda utilizar los datos que le damos para tomar decisiones acerca del tratamiento, ver cómo está mejorando el paciente.

J: También lo pensamos para la prevención en pacientes sanos, que en una consulta común puedan ir teniendo un elemento más para valorar su estado de salud.

L: Tiene potencialidad tanto para un sector médico profesional como para los usuarios finales. El trasfondo es el mismo, pero hay que pensar bien cómo adaptar la interfaz y la experiencia de usuario a cada grupo distintivo. Aparte de que no se les va a brindar la misma información.

– ¿Y para qué tipo de pacientes o de condiciones médicas está pensado?

J: Creemos que es más valioso en pacientes con problemas de movilidad de miembro inferior o con la pérdida de movilidad característica del envejecimiento. Esto lo consideramos como un factor importante porque es un sector poblacional que, según la OMS, es el que más va a crecer en los próximos años, entonces es una preocupación que va en aumento. Consideramos que las herramientas que aporten a ese sector van a ir tomando cada vez más valor.

L: Es un sector con problemáticas relativamente nuevas por el hecho de que en estos últimos años se ha alargado tanto la esperanza de vida. Todavía hay muchas problemáticas que no tienen solución o que se desconoce por qué se dan.

J: Por eso también consideramos la opción de que un adulto mayor con problemas de rodilla pueda hacer el test desde su casa y enviárselo al profesional para que lo interprete, en vez de trasladarse al consultorio. En estos meses de vinculación con el PTLC queremos investigarlo más a fondo, sería parte del plan de negocios de la miniempresa.

 – ¿Cómo surgió su interés por esta problemática?

L: La motivación es aplicar todos los conocimientos que hemos obtenido a lo largo de la carrera en algo que nos gusta e interesa a los tres, que es el software, y encontrar esa vinculación con las aplicaciones para la salud. Además de poder descubrir estas nuevas herramientas blandas que estamos tratando de practicar, como poder comunicar el proyecto, qué se necesita para hacer un producto, cómo crear una empresa, todas esas cuestiones que están siendo un desafío interesante.

J: Algo que experimentamos hace poco en nuestras PPS es la relación cercana con la clínica, porque ahí tenemos un cierto trato con los pacientes del estudio. Estamos acostumbrados al frío de las computadoras y es llamativo ver que lo que uno hace puede ayudar a alguien que tiene una dolencia o un problema de salud. Tener ese contacto humano cercano fue una experiencia muy enriquecedora.

– ¿Se encontraron con desafíos o con cuestiones que hayan tenido que cambiar sobre la marcha, que repensar?

L: Sobre todo esta cuestión de a quién va dirigido. Otros desafíos que surgieron fueron pensar si es un producto médico o no, cuestiones legales, cuestiones de desarrollo de software, que tiene que cumplir requerimientos de seguridad para que se pueda utilizar en centros de salud.

J: En términos generales, los desafíos principales que afrontamos son aquellos que no estamos acostumbrados a ver en la carrera. Estamos mucho más cerca de las herramientas, de la parte técnica, y en este proyecto hemos tenido que aprender cosas muy variadas, como experiencia de usuario, ciberseguridad—que en nuestra versión beta ya lo tenemos parcialmente implementado—cuestiones legales que competen a un producto médico. También definir el plan de negocios, algo que nos cuesta terminar de pulir.

– ¿Cuáles son los siguientes pasos a partir del premio de preincubación?

L: Definir todas estas cuestiones y poder llegar a tener un mínimo producto viable para empezar a buscar dónde venderlo, ya que tenemos varios prototipos.

J: Ese sería nuestro mediano plazo, para aprovechar al máximo la preincubación en estos seis meses con PTLC. Si pensamos en un plazo más largo, nos interesa mucho constituir un programa o una aplicación más global que pueda hacer más de un test, que sea una herramienta más general. De hecho, tenemos experiencia haciendo otros tests y sabemos que es posible usando la misma tecnología.

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