Se trata de un modelo informático para predecir las causas y desarrollar estrategias efectivas para frenar el avance de la enfermedad.
En el noroeste argentino, la tuberculosis sigue siendo un problema de salud pública que afecta a miles de personas cada año. Con el objetivo de comprender mejor la dinámica de esta enfermedad y evaluar estrategias de intervención más efectivas, un equipo de investigadores lleva adelante el proyecto «Modelado y simulación espacio-temporal basado en agentes de la tuberculosis en provincias del noreste argentino». El proyecto es una colaboración entre el Laboratorio de Cibernética de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. Emilio Coni, y cuenta con el apoyo de la Fundación Sadosky que se encargó de vincular y financiar el trabajo de ambos equipos para llevarlo adelante.
Su enfoque innovador radica en el uso de Modelos Basados en Agentes (ABM por sus siglas en inglés), una metodología computacional que permite simular el comportamiento de individuos en una población y cómo interactúan con el entorno y entre sí.
Desarrollar modelos realistas
El Dr. Hugo Rufiner, director del Laboratorio de Cibernética de la UNER, explicó la importancia de este tipo de herramientas: “La tuberculosis es una enfermedad de impacto global, una de las principales causas de mortalidad en el mundo. En Argentina, todavía hay muchos casos nuevos cada año, influenciados por condiciones de pobreza y urbanización diferencial. Nuestro objetivo es desarrollar modelos realistas que permitan predecir la dinámica de la tuberculosis en distintas regiones y evaluar el impacto de diferentes intervenciones”.
El modelo desarrollado en este proyecto es particularmente complejo debido a la multiplicidad de factores que influyen en la propagación de la tuberculosis. Las condiciones socioeconómicas, climáticas, sanitarias y culturales juegan un papel clave en la evolución de la enfermedad. “La tuberculosis tiene una influencia multifactorial, y eso requiere un enfoque innovador. El modelo que estamos desarrollando nos permite analizar distintos escenarios para evaluar cómo se propaga la enfermedad en función de las características locales y qué estrategias podrían ser más efectivas para su control”, agregó Rufiner.
Desde el punto de vista epidemiológico, el proyecto busca estimar con mayor precisión la incidencia real de la tuberculosis y su evolución en el tiempo. Según el Dr. Juan Carlos Bossio, director del Instituto Coni, la situación en Argentina requiere un abordaje más preciso: “La carga de tuberculosis en Argentina es de 15.000 casos nuevos anuales, con más de 700 muertes. Sin embargo, el número real de casos es mayor porque no todos se registran. Es fundamental contar con un modelo informático que nos ayude a estimar la carga real de la enfermedad, su distribución espacial y su impacto en distintos grupos de población”.

Simular escenarios a gran escala
El modelo se basa en un enfoque de “gemelo digital”, donde cada agente en la simulación representa a una persona real en una región específica, con características individuales como edad, sexo, movilidad y estado de salud. En un primer momento, se ha aplicado a la ciudad de Salta, donde se han modelado aproximadamente 500.000 agentes. Para Bossio, el nivel de detalle es crucial: “Cada agente tiene un submodelo que evalúa cómo evoluciona la enfermedad en caso de contagio y otro que maneja la transmisión entre personas. Estos modelos nos permiten simular escenarios a gran escala y obtener resultados realistas sobre la propagación de la tuberculosis”.
Uno de los principales desafíos del proyecto ha sido la recopilación de datos confiables para alimentar el modelo. Para ello, se han utilizado fuentes oficiales, encuestas socioeconómicas y estudios geográficos, con el fin de construir una capa de información geográfica (GIS) que incluye desde características de viviendas hasta patrones de movilidad urbana. El equipo de trabajo ha desarrollado herramientas específicas para procesar estos datos y generar simulaciones precisas. “Toda la información y el código del modelo se encuentran en un repositorio privado, pero el plan es hacerlo público cuando finalice el proyecto, permitiendo su uso en otras situaciones y regiones”, señaló Rufiner.
Para potenciar el rol social del modelo, los investigadores probaron diferentes estrategias de intervención. Evaluaron progresivamente diversos escenarios tanto en su eficacia como en la reducción de casos. Entre estas medidas se incluyen campañas de concientización, mejoras en la detección temprana, estrategias de tratamiento y políticas específicas para poblaciones vulnerables, como personas en situación de calle y comunidades carcelarias. Según Bossio, este tipo de simulaciones pueden marcar una diferencia significativa en la planificación de la salud pública: “Al comprender mejor la dinámica de propagación de la enfermedad y simular distintos escenarios, podemos diseñar estrategias más eficaces y optimizar los recursos disponibles para su control”.
Mejorar las estrategias de intervención
El proyecto aún se encuentra en desarrollo, con avances significativos en la construcción y validación del modelo. A pesar de las dificultades inherentes al estudio de una enfermedad tan compleja, los investigadores confían en que sus resultados contribuirán a mejorar las políticas sanitarias en Argentina y en otros países con desafíos similares. Como concluye Rufiner: “Este modelo nos permite tomar decisiones informadas y mejorar las estrategias de intervención en la lucha contra la tuberculosis. Es un ejemplo de cómo la tecnología y la ciencia pueden aportar soluciones innovadoras a problemas de salud pública urgentes”.

La licenciada Gabriela Rivadeneira y el ingeniero Leandro Batlle, Project Managers de la Fundación Sadosky, quien acompañaron el proceso destacaron: “Los equipos de los doctores Rufiner y Bossio, están logrando impresionantes avances en la predicción para la elaboración de distintas políticas públicas, tanto para la tuberculosis como para otras enfermedades infecciosas, preparándonos y fortaleciéndonos para las epidemias por venir”.
La articulación entre instituciones científicas, organismos de salud y programas de financiamiento ha sido clave para la concreción de este proyecto. En este sentido, la Fundación Sadosky ha desempeñado un rol fundamental en la facilitación y financiación del trabajo colaborativo. “La vinculación entre investigadores y decisores de políticas de salud es esencial para la efectividad de cualquier modelo epidemiológico. El equipo de la Fundación brindó un soporte crucial para la ejecución de este proyecto y el fortalecimiento del trabajo conjunto”, agregó Bossio.
El desarrollo de herramientas como ésta no sólo representa un avance en el estudio de la tuberculosis, en el país y en el mundo sino que sienta un precedente para la aplicación de modelos basados en agentes en otras enfermedades infecciosas y problemáticas de salud pública. Con una combinación de ciencia, tecnología y cooperación interinstitucional, este tipo de proyectos abre nuevas perspectivas para enfrentar los desafíos sanitarios del siglo XXI.
Fuente: infonews – cooperativa